FARDO es un ritual de invierno. Un carnaval hecho sueño. Una ceremonia del transcurrir entre el sueño y lo terreno, entre la vida y la muerte, entre la nada y la risa, que espera el despertar de una Primavera.

Un sueño reparador donde se recuperan las fuerzas para un nuevo ciclo. Un ciclo de mejores cosechas. Un ciclo más justo. Un ciclo más perfecto.

Las máscaras de madera del Carnaval de Lazarim son el punto de partida para la concepción de este espectáculo.

La creación se basa en el juego teatral de la máscara, también ancestral, y originario de los ritos más primitivos de la humanidad y de los rituales parateatrales, lo que permite construir un espectáculo de un carácter tremendamente poético y universal.

Se exploran las máscaras como elementos casi mágicos, que parecen hacernos encontrar, bajo el humus de nuestra cultura, la semilla de un imaginario ancestral y vibrante que parece germinar en los cuerpos de los hombres que las portan y florecer sobre sus cabezas, de manera espontánea y sorprendente